11 de mayo de 2011

Donde la brisa te habla

Si llega otra vez un día en que se apaga la luz de mis ojos, si mis labios parecen petrificados, y no saben reír, no busques la causa del cortocircuito; no soy una máquina que puedas examinar y reparar.
No me abandones tampoco: escúchame, o solo mírame, si no consigo hablar.
No te preocupes si no me entiendes y acepta mi tristeza sin más.

Marleen

2 comentarios:

P.L. Salvador dijo...

Encantado de encontrar estas palabras...

Marleen dijo...

Encantado de encontrar estas palabras...