Uno no sabe qué hacer, ni cómo hacerlo, si sabe sus límites y su incapacidad por sobrepasarlos. Así es, es lo que toca, y toca conformarse con lo que se tiene y dejar que el tiempo corra...Pero, ¿qué digo que corra? ¡Que vuele! Que pase tan rápido como pueda... Como hasta ahora. Que no se detenga, que no me deje olvidar, pero que no me haga recordar. Vivir en silencio, sin hacer ruido, sin que el mundo escuche mis latidos.
Pero, desgraciadamente es tanta la impotencia que soy incapaz de callarme... de callar a mi corazón, a mis sentimientos, a él, incluso a ella... Soy sensible, y quizás ese sea otro de mis defectos. Soy vulnerable, fácil de convencer, me rindo en cuanto pueda y me caigo... y no sé volver a ponerme de pie.
Os necesito...
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