- Vale, me das un toque y quedamos donde habíamos acordado. Te quiero. - cuelgan.-
Minutos después, los dos, solos, mirándose el uno al otro fijamente, sin importarles el mundo que los rodea. Beso apasionado, sonrisa y un caminito a seguir, hasta la playa, claro.
- Qué buen día hace hoy...Me encanta, y más si disfrutas con la persona que más quieres, a tu lado.-
- Te quiero, princesa.- Beso en la mejilla y abrazo inevitable.
Pasaron las horas entre risas,palabras,besos y otra porción de abrazos. Eran felices, se sentían felices y los dos sabían lo que querían: que no se fuera el Sol ni por una milésima de segundo, para seguir mirándose y seguir viendo aquella luz mágica en sus miradas llenas de amor y ternura...
Apareció el anochecer, y con él, doble de caricias, besos y abrazos. Ah, y más felicidad. Más seguridad... Más confianza... Más amor... MÁS. Se querían y eso nadie lo dudaba.
Silplemente, cuando se quiere a alguien, no existen dudas. Solo el hecho de demostrarlo mediante cualquier mirada, cualquier sonrisa, cualquier gesto...Todo vale.
- Es hora de volver a casa amor...ya es tarde.-
- Nunca es tarde para nosotros, porque cada vez que estamos juntos paro el reloj para que no pasen las horas... En nuestro mundo no existe el tiempo.Tan solo TÚ y YO.
- Si esto es un sueño, no me despiertes hasta que se termine de cumplir. Te quiero, corazón...
Y abrazados se durmieron como dos bebés, soñando con lo que no siempre se ve...
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