23 de julio de 2011

¿Qué se hace cuando le dices a alguien que lo es TODO, y ese TODO se te escapa entre los dedos? La firme convicción de que no es cierto cae como un velo que emborrona la realidad y tus tripas se encogen mientras te acurrucas detrás de la más grande de las mentiras, que él te quiere, que si cierras los ojos todo estará como estaba ayer. Y los cierras, cómo no.. la mente humana es muy ingenua y muy cobarde. Pero lo inevitable llega y el tiempo, veloz, comienza a carcomer esa gran mentira, a destruir tu escondite. La realidad prepotente se abalanza sobre ti, pobre ilusa. Y entonces toca hacer el balance de los daños.

Orgullo? Escondido en el garaje.
Dignidad? Robada.
Autoestima? En el subsuelo.
Sonrisa? Olvidada.
Corazón? Roto.

Parece que tu TODO se había empezado a pudrir desde hace tiempo y tú no te dabas cuenta. ¿Qué toca ahora entonces? ¿Recuperarse? No, querida amiga. No es tan fácil. ¿Nunca te dijeron que las penas y las dudas se beben con licores? Esta noche es tuya. Fingirás ser la persona más feliz del mundo. "Por fin libre", dirás si alguien te pregunta cómo estás. Lucirás los tacones más altos y la falda más corta y te venderás al mejor postor, o postores. Intentarás demostrarle al que era tu TODO, que TODO te da por culo y que puedes ser feliz con NADA. Sí, pequeña, esta noche te comerás el mundo. Mañana lo vomitarás. Y dentro de unos meses, tal vez, o incluso algo más, entonces sí, puede que te hayas recuperado. Tu corazón se habrá curado con alcohol, la autoestima habrá conseguido subir al primer piso, el orgullo habrá salido del garaje, la dignidad te habrá sido devuelta por alguna de tus pobres víctimas y la sonrisa, bueno, la sonrisa llegará en cualquier momento.

1 comentario:

Wada Barajas dijo...

Que profunda esta entradaa, me gusta!
Un beso =)